Las letras, las palabras de fandangos, soleares y seguirillas. De alegrías, bulerías, cantiñas y malagueñas. De quejíos y lamentos. De palmas y jaleos. De Andalucía, Extremadura, Cataluña y Murcia. Letras que me erizan el pelo. Flamenco.
Entrañable y fantástico documento sobre la última etapa revolucionaria del cante flamenco, protagonizada por algunos que están y otros que ya no están.
El soñaba sobre el tiempo flotando como un velero nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño.
De lo que más me gusta de Pata negra y, cómo no, de Juan el Camas. La verdadera alegría de las fiestas.
Ay esos pelos, ahí os veo arrastrándoos por el suelo. Coge ese perro, coge ese gato y con disimulo los metes en el saco.
La otra tarde yo vi una nave, muy chiquetita, muy redondita y muy luminosa, y han venido y me han avisado y, tras, tras, tras, me han comunicado y no lo puedo remediar.
Extraterrestre, vente aquí con nosotros y ponte morado de este mollate de Umbrete.
No se puede remediar el llanto de corazón: Es que la olla ande vacía, y nosotros jugando y cantando y haciendo son. No nos interesan las cosas modernas que sacan todos los días. Cada día es más caro todo y es más difícil vivir. ¿A dónde me voy a najar yo? Ay, que no puedo aguantar más aquí.
Mi jaca torda lucera y bravía, luciendo su talle graciosa y juncal, va mi talante lleno de alegría, y a la romería dolorcilla va. Qué hechizo tuvieron tus ojos, aquellos ojitos de verde mirar. No me mires mal que me pongo a llorar.
Nos endiñen y nos den, y nos equivocamos otra vez.
Las viejas le han dicho a las jóvenes: “Cómo tenéis la tuerca, y apretársela, porque ahora se hartan los jóvenes de jamón de patanel, patanel”. Ay, qué bien me cae a mí el jamón de patanel, pata negra viva ya.
Pastoras pastorais: El ganado a la laguna y echad pronto bien ataditos los morrales, que ya está Manuel en la cuna. Para Belén caminaban 2.000 portugueses y 200 franceses bailando calé, caminaban la Virgen María con el patriarca el señor san José.