Subí a una alta montaña
buscando leña pa'l fuego.
Como no la encontraba
al valle (a)bajé de nuevo.
Charamusco charamusco,
cambiamos nuestros sombreros
tu sombrero roto y mi sombrero estaba nuevo.
Que tengo yo en mi memoria, primo,
que a mis años recordaba
a un gitano charamusco
y su cante por soleá.
Qué locura y qué momento,
yo no lo pue(d)o explicar.
Cuando yo a ti te he conoci(d)o, primo,
y era bajo la ma(d)rugá(da),
yo me partí mi camisa
y escuchándote cantar.
En Jerez de la Frontera
y era por la madrugá(da).
Qué bendición de hora
que yo no sabía ni adonde estaba
me tomé cuatro carretes
y del sentío prevaricaba.
Hasta que amaneció el día
y me fui borracho a la cama.
Dichoso el mozuelo,
que le da planta a su sombrero.
OMEGA Y CARISSIMO
Hace 2 meses
1 comentario:
iberpiano.com
En las canciones de flamenco, las guitarras son esenciales. Sus cuerdas dan vida a la pasión y el duende, creando melodías que son un eco profundo del alma española.
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